En la jornada laboral, detenerse por unos minutos para moverse puede parecer insignificante, pero tiene un impacto real en la salud física, mental y emocional de los trabajadores. Las pausas activas son una herramienta clave para contrarrestar los efectos del sedentarismo y reforzar una cultura organizacional que pone el bienestar al centro.
En esta nota te explicamos por qué es importante implementarlas, qué beneficios ofrecen y cuál es el rol de las empresas en su promoción.
¿Por qué el sedentarismo en el trabajo es un riesgo silencioso?
Pasar horas sentado frente a una pantalla o de pie en una misma posición genera consecuencias acumulativas: dolores de espalda, contracturas musculares, fatiga visual y bajo rendimiento. La Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte que en Perú el 60 % de la población no realiza suficiente actividad física, y gran parte de esta inactividad ocurre en el entorno laboral.
La falta de movimiento no solo afecta la salud individual, también se traduce en ausentismo, menor productividad y más riesgo de enfermedades laborales.

¿Qué son exactamente las pausas activas y por qué funcionan?
Son breves momentos durante la jornada en los que las personas realizan ejercicios sencillos y guiados, como estiramientos, movilidad articular o respiraciones profundas. Su objetivo es activar el cuerpo, relajar tensiones y favorecer la concentración.
No requieren infraestructura ni equipamiento especial, por lo que pueden aplicarse en cualquier oficina, planta o centro de atención. Lo importante es que se realicen con frecuencia, de forma estructurada y con el respaldo de la organización.
¿Cada cuánto se deben hacer y qué ejercicios se recomiendan?
Lo ideal es incorporarlas cada 2 a 3 horas, con una duración de 5 a 10 minutos. Algunas acciones efectivas incluyen:
- Estiramientos de cuello, espalda y hombros.
- Movilidad de muñecas, tobillos y rodillas.
- Respiraciones profundas para liberar tensión.
- Pausas visuales para quienes trabajan frente a pantallas.
- Caminatas breves dentro del espacio laboral.
Estas actividades no solo mejoran la salud física, también contribuyen a disminuir el estrés, despejar la mente y aumentar la productividad.

¿Cuál es el rol de la empresa en su implementación?
Promover pausas activas no es responsabilidad exclusiva del trabajador. Cuando la empresa las incorpora como parte de su estrategia de salud ocupacional, se generan resultados sostenibles.
Esto se logra a través de:
- Programas estructurados con horarios definidos.
- Participación de líderes o supervisores en las pausas.
- Capacitaciones sobre sus beneficios.
- Monitoreo constante para evaluar su impacto.
- Integración con otras prácticas saludables como la ergonomía o la alimentación consciente.
Una empresa que fomenta estas acciones no solo previene lesiones, también refuerza el compromiso, mejora el clima laboral y proyecta una cultura que cuida a su equipo.
Conclusiones:
Cuidar la salud de las personas en el entorno laboral va más allá de cumplir con normas. Las pausas activas son una medida simple, accesible y de alto impacto que refleja el compromiso real de las organizaciones con el bienestar de su gente.
Fuentes consultadas:
- Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo (MTPE) – Guía técnica para pausas activas laborales en el Perú
https://www.gob.pe/mtpe - EsSalud – Recomendaciones para pausas activas laborales
https://www.essalud.gob.pe - Organización Mundial de la Salud – Datos sobre actividad física e inactividad
https://www.who.int - SUNAFIL – Lineamientos en salud y seguridad ocupacional
https://www.gob.pe/sunafil